El aumento de la temperatura
media de la tierra, de la atmósfera terrestre y de los océanos se conoce como
el calentamiento global. Actualmente, se sabe que la actividad del hombre es una de sus
principales causas. El CO2 o dióxido del carbono, que surge en su mayoría de la
actividad industrial humana, se acumula en la atmósfera produciendo un efecto
invernadero que eleva la temperatura a nivel mundial. Para mitigar estos
efectos, presentamos 5 consejos prácticos con los que ayudar a la conservación
de nuestro planeta.
1. Potenciar las energías
renovables: Una de las formas de reducir las emisiones
procedentes de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas
natural) que liberan CO2 es la utilización de fuentes de energía limpias como
la solar, la eólica, la mareomotriz (que utiliza la fuerza de las olas), la
térmica, etc.
2. Disminuir el uso del automóvil:
Hay muchas ocasiones en las que podemos desplazarnos sin utilizar el coche.
Caminar, ir en bici, o utilizar el transporte público son alternativas que
ayudan a eliminar el uso de combustibles fósiles y reducir el calentamiento
global. En los casos en los que el coche sea totalmente necesario, una solución
es compartir el coche con compañeros amigos o familiares. Los
nuevos vehículos eléctricos que no utilizan motor de combustión ni
necesitan gasolina, se presentan como la alternativa más respetuosa con el
medio ambiente.
3. Plantar árboles: Potenciar
la reforestación a nivel mundial de zonas arrasadas por la tala es otra
solución. Los árboles absorben CO2 y producen oxígeno. A lo largo de un año,
una hectárea de árboles elimina la misma cantidad de dióxido de carbono que
producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Plantar árboles en las ciudades y
crear más parques en entornos urbanos ayuda a disminuir el efecto invernadero.
5. Elegir electrodomésticos eficientes.
A la hora de comprar un electrodoméstico el consumidor debe fijarse en una
etiqueta energética que va de la letra A (más eficiente) a la letra G
(menos eficiente) en función de los consumos eléctricos. Lo mejor es
elegir los electrodomésticos de calificación A. Con las mismas prestaciones, un
aparato de clase A consume un 70% menos energía que otro de clase G. En cuanto
a otros aparatos electrónicos, hay que tener en cuenta que si están
en modo de espera (stand-by) siguen consumiendo energía aunque no los
estés utilizando.
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